La evaluación prenatal es fundamental para garantizar la salud y el bienestar de la mujer y de sus futuros hijos.
El estrés durante el embarazo, especialmente el causado por la guerra, puede tener consecuencias adversas.
La guerra interrumpió los servicios locales y dificultó el acceso a la atención sanitaria básica. Esto empeora la situación de las madres y las mujeres embarazadas.
Aproximadamente 180 mujeres dan a luz en Gaza cada día. De los 11 hospitales de Gaza que todavía están parcialmente operativos, sólo tres brindan atención materna.
Trabajé en un hospital de campaña recién creado. Está ubicado en una zona donde la gente tiene acceso limitado a las clínicas.
Durante la conversación con la paciente, una mujer que estaba embarazada de ocho meses me dijo que esta era su primera visita prenatal.
El nombre Vasan siempre permanecerá conmigo debido a su rareza y porque ahora lo asocio con la tragedia.
Wasan me explicó que faltó a cuatro meses de citas de seguimiento porque había sido desplazada varias veces durante la actual guerra genocida. Fue al hospital de campaña porque no había sentido ningún movimiento en su útero en las últimas 24 horas.
Desafortunadamente, durante la ecografía no se detectó ningún latido fetal. Esto indicaba que había sufrido un aborto espontáneo.
Fue muy difícil darle la noticia a Wasan.
desconsolado
Dos semanas antes de que Israel declarara la guerra a Gaza, a una mujer embarazada llamada Halima le diagnosticaron presión arterial alta.
Debido a las dificultades para acceder a la atención médica, Halima no pudo obtener la atención que necesitaba a medida que avanzaba su embarazo.
Ingresó en la sala de urgencias de nuestro hospital de campaña quejándose de dolor de cabeza. Esto se atribuyó a un aumento de su presión arterial.
Después de las pruebas, a Halima le diagnosticaron preeclampsia y tuvo que dar a luz prematuramente.
Con el sistema de salud de Gaza bajo ataque directo y bajo severa presión, es probable que los bebés no puedan recibir la atención que normalmente necesitan.
El caso más desgarrador con el que me encontré fue el de una mujer llamada Nuha.
Se desmayó.
Después de que la reanimamos, Nuha dijo: «No quiero que el médico me examine. No quiero dar a luz ahora. Sólo quiero ver a mi hijo Hassan».
Menos de una hora antes de que Nuha llegara al hospital de campaña, Hassan fue martirizado.
Nuha nos la trajeron unos familiares debido a los dolores del parto. Ella quedó inconsciente al llegar.
Estas son algunas instantáneas del sufrimiento que viven las mujeres embarazadas que atendemos cada día.
Hay una situación de emergencia en Gaza, especialmente para las mujeres embarazadas. A menos que se logre un alto el fuego y se permita que la ayuda llegue a todas las zonas, podemos esperar que la situación empeore.
El Dr. Roba Almadhoun es obstetra en Gaza.