Los niños, desde muy pequeños, se sienten atraídos por los animales. Los zoológicos de mascotas ofrecen una forma de explorar su interés natural mientras les enseñan valiosas habilidades sociales. Brindar clases de empatía es una parte fundamental para fomentar el desarrollo emocional saludable de su hijo o hija. Y conocer a los animales del zoológico les da a los niños la oportunidad de aprender a comprender y respetar los sentimientos de los demás. En el campamento de verano, estas lecciones se pueden llevar un paso más allá, dándoles la oportunidad de relacionarse regularmente con animales que normalmente no podrían tener en casa.
Desarrollar vínculos en un ambiente cómodo.
Para muchos niños, hacer nuevos amigos es un desafío debido a la timidez, o simplemente necesitan una criatura especial para acurrucarse después de un día estresante en la escuela. Si bien los campamentos de verano ayudan a fomentar amistades entre niños de todas las edades al brindarles actividades relajantes, hay algo especial en la conexión que los niños hacen con sus nuevos amigos peludos. Desde susurrar secretos en la oreja de un conejo hasta acariciar el suave pelaje de una cabra, los niños forman vínculos rápidamente con los animales de su zoológico. Estas experiencias les permiten fortalecer sus habilidades de relación. Como los «residentes» en un zoológico están acostumbrados a estar cerca de los niños, los padres pueden estar seguros de que su hijo podrá practicar la empatía por los animales que corresponderán a su afecto.
Aprende a captar señales no verbales
La mayoría de los niños son muy autoexpresivos verbalmente, pero a menudo necesitan orientación para aprender a captar la comunicación no verbal. Como los animales no pueden hablar, los niños deben prestar atención a las pequeñas señales, como mover la cola y retorcerse. En el zoológico, los adultos ayudan a modelar un comportamiento amable con los niños para enseñarles cuándo un animal dice que está listo para ser cargado y cuándo quiere que lo sacrifiquen. A medida que los niños conocen aún mejor a las «criaturas», es divertido verlos comenzar a ajustar su comportamiento para comunicarse con sus favoritos. Por ejemplo, verás a un niño aprender a agacharse y esperar pacientemente con la mano extendida a que se acerque un animal más tímido. Otras veces, con un cachorro juguetón, pueden ser un poco más bulliciosos.
Vea los efectos positivos de mostrar compasión
Sentir un gatito ronroneando en sus manos y ser empujado por una cabra amigable les permite a los niños ver los efectos inmediatos de mostrar empatía. Y aquellos que visitan regularmente un zoológico también tienen la oportunidad de cuidar a los animales. Al pasar tiempo cuidando y atendiendo sus necesidades, así como recibiendo un refuerzo positivo instantáneo, los niños aprenden rápidamente a ser compasivos. Esto les permite experimentar lo bien que se siente ser responsable de cuidar algo fuera de sí mismos. Después de todo, ¿quién puede resistirse a ser abrazado por un amigo peludo que acaba de ser alimentado?
Los zoológicos están llenos de extravagantes animales de corral a los que les encanta pasar tiempo con niños activos. De hecho, como los animales y los niños se involucran tanto en caricias y juegos, es difícil decir quién disfruta más de las interacciones. Y con cada visita, los padres pueden estar seguros de que sus hijos están aprendiendo empatía y adquiriendo valiosas habilidades sociales.